miércoles, 25 de enero de 2012

Las primas de riesgo europeas no se reducirán con más 'gasolina' para el Fondo de Rescate

Tras el colapso al que llegamos el verano pasado con las primas de riesgo de España e Italia en zona de rescate financiero, y la implementación de duros planes de ajuste por parte de los gobiernos de Mariano Rajoy en España y de Mario Monti en Italia, el diferencial respecto a al bund alemán se ha reducido, pero esa reducción no ha sido suficiente como para alejar a ambas economías de la denominada 'zona de peligro'.

Con este objetivo por bandera, el nuevo presidente de la máxima institución monetaria europea, el italiano Mario Draghi, pretende multiplicar por dos la cuantía del Fondo de rescate europeo, lo que supondría llegar hasta el billón de euros, ampliando su capacidad ostensiblemente.


Particularmente la solución propuesta por Draghi presenta diversos inconvenientes, que paso a enumerar a continuación:

  1. No se soluciona la cuestión de fondo: puesto que la raíz del problema radica en los desequilibrios presupuestarios, en lo que se deben emprender acciones para reducir el déficit fiscal, y la consecución a largo plazo de un equilibrio presupuestario en la línea de los criterios de convergencia que sirvieron de llave para entrar en la moneda única
  2. Asimetría de los compromisos que pone en entredicho el principio de solidaridad financiera: esta decisión, que en principio tendría el beneplácito de Francia, toca directamente a Alemania, puesto que doblar la capacidad del Mecanismo Europeo de Estabilización (MEDE) supondría incrementar notablemente su contribución nacional, pudiendo resquebrajar el principio de solidaridad tras una diametrización excesiva de los compromisos
  3. Limitación del crecimiento de los países europeos más solventes: este nuevo paquete, como hemos comentado en el punto anterior, supondría drenar recursos financieros para acciones encaminadas a la financiación del crecimiento, para atender a los 'vecinos' con problemas. Lo que supondría un poderoso lastre al desarrollo económico futuro para economías como Francia, Austria, Holanda, Bélgica, Finlandia y sobre todo Alemania
Por tanto, este tipo de decisiones hay que sopesarlas mucho, porque mover un paquete de recursos financieros tan gigantesco como el que ahora está en marcha, y cuya implementación efectiva se espera para el próximo mes de junio ya supone alguno de estos efectos.

Debiendo buscar en estos casos la suficiencia y no acaparar recursos de manera excesiva para regar el oído de las agencias de calificación y del 'mercado', máxime cuando nos encontramos en una época en la que los dineros públicos son especialmente valiosos para cambiar nuestro modelo productivo y no para dejarlos estancos para asumir un posible recrudecimiento de la crisis, cuando las agencias de calificación vierten opiniones cada vez menos racionales, y en un entorno en el que los países más solventes ya han realizado sus deberes de manera excelente.

Equipo de redacción dE

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