sábado, 8 de septiembre de 2012

Ventajas e inconvenientes de la compra de bonos del BCE


Bastaron las declaraciones del presidente del Banco Central Europeo (BCE), Mario Draghi, para que la bolsa y los mercados europeos remontaran el vuelo esta pasada semana. Una euforia desatada que analíticamente no tiene mucha razón de ser ya que la solución planteada por el BCE (programa de compra ilimitada de bonos hasta 3 años en el mercado secundario) requiere, en primer término, de una condicionalidad estricta en política económica a cumplir, y en segundo lugar, no soluciona el problema de déficit estructural en economías como la española. ¿En qué beneficia y perjudica a España el programa anunciado por el BCE?


El beneficio esperado del programa de compra de bonos del BCE es la reducción inmediata del tipo de interés a pagar en el mercado de deuda soberana. No es un tema baladí, ya que supone un importante ahorro en la partida presupuestaria de pago de intereses de la deuda, liberando recursos para otros menesteres. Digamos que se ahuyentaría cualquier signo de especulación en la deuda a corto plazo, tratando de canalizar una mayor demanda de los inversores hacia la deuda a largo plazo. Políticamente, todos los esfuerzos llevan meses dirigiéndose hacia este objetivo, tratando de relajar la presión de los mercados sobre la deuda (prima de riesgo). 

Las desventajas de este programa no son menos importantes. Por un lado, la ejecución de la acción del BCE requiere la solicitud formal de ayuda (rescate) por parte del gobierno español al Eurogrupo a través de los instrumentos temporales del Fondo Europeo de Estabilidad Financiera (EFSF, en sus siglas en inglés) y del Mecanismo Europeo de Estabilidad Financiera (EFSM). Todo ello a la espera de que el Tribunal Constitucional alemán se pronuncie a mediados de este mes de septiembre sobre la legitimidad o no del instrumento permanente del Mecanismo Europeo de Estabilidad (ESM o MEDE, en español). El otorgamiento de este rescate lleva aparejados requisitos de condicionalidad estricta a cumplir en materia de política económica, al igual que el Memorandum de Entendimiento (MoU) exigido a España (cumplido a través del RD 24/2012, de 31 de agosto) para la línea de crédito de 100.000 millones de euros para la banca. En este caso, las exigencias del FMI, BCE y Comisión Europea, podrían ir dirigidas a nuevos recortes en prestaciones por desempleo y pensiones. Por ello, la cuestión de solicitar la ayuda para inducir a su vez la intervención del BCE en el mercado de deuda, no está tan clara.

Otra desventaja que conlleva la intervención del BCE es que distraerá los esfuerzos políticos que aún faltan para reformar la estructura económica y política que necesita el país. Presupuestariamente puede notarse el alivio a corto plazo, pero estructuralmente la economía va a seguir adoleciendo de un peso del gasto público insostenible a medio y largo plazo. El cumplimento del objetivo de déficit para este año 2012 (6,3% del PIB) va a estar difícil y seguimos con la sensación de que las reformas políticas para acabar con la burbuja pública, van a seguir sin ponerse sobre la mesa del Consejo de Ministros.

Equipo de redacción dE




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