En las últimas semanas hemos asistido a cómo la aerolínea de bajo coste Ryanair, ha tenido problemas en algunos de sus vuelos que los han llevado a realizar aterrizajes de emergencia. En este punto nos preguntamos si no está comprometida la seguridad (calidad) de algunos servicios al ajustar tanto el precio de venta. A pesar de que las instituciones nacionales y europeas velan por el cumplimiento de unos estándares mínimos de seguridad y calidad en los servicios, a nadie le cabe duda de que realizar un trayecto en vuelo apurando el combustible disponible para ahorrar en costes, pone nervioso a cualquier usuario. ¿Dónde se delimita lo "bueno, bonito y barato" frente a productos y servicios de precios más altos?
Ya hace unos meses les mostrábamos cómo los consumidores optaban por el precio en detrimento de calidad por varias razones. Lo que ahora nos planteamos es si ese precio, en los productos y servicios low cost, está en ocasiones incluso por debajo del mínimo que permite a cualquier empresa viable garantizar unos mínimos de calidad y seguridad al consumidor.
Ya existen incluso compañías aseguradoras que te permiten ajustar el precio prescindiendo de coberturas y garantías que suelen incluir las pólizas por defecto (límites en la responsabilidad civil, asistencia letrada, etc). La operación es tan sencilla como suprimirlas de la póliza y disminuir el precio.
Con este tipo de operaciones alguien podría pensar que el consumidor sale ganando, pero todo lo contrario. La disminución de márgenes y el ahorro de costes que repercutan en un menor precio, en lugar de proceder de recortes en el servicio recibido, tienen que venir por dos vías, una interna y otra externa:
- Interna: Mejorar la productividad y de la eficiencia en todo el ciclo de producción.
- Externa: Acción de la competencia en el mercado que ajuste los márgenes.
El precio de un producto o servicio sin competencia por muy barato que sea, puede resultar el más caro de tu vida (y si no que se lo pregunten a cualquiera de los pasajeros de los vuelos incidentados de Ryanair). Además de no tener comparación con ningún otro producto o servicio que sí goce de las garantías y calidades mínimas. Con todo esto no queremos decir que lo barato sea malo o peligroso, sino que un precio bajo no siempre implica que un consumidor reciba lo mismo por menos dinero, que en otro sitio.
Equipo de redacción dE
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