Existe un notable atractivo en España por realizar inversiones millonarias en centros y parques comerciales y de ocio, a pesar de la crisis en la que se encuentra inmersa la economía española desde el año 2007 (aunque técnicamente la primera recesión comenzó en el tercer trimestre del 2008 para recuperarse muy débilmente en 2010 y volver a entrar en recesión en el cuarto trimestre de 2011).
Aunque las previsiones de instituciones como la OCDE prevén para 2013 escalofriantes números macroeconómicos en España como un mantenimiento en caída libre del PIB del -1,4% (al cierre del tercer trimestre de 2012, la tasa interanual es del -1,6%) y una tasa de desempleo del 26,9% (frente al 25,2% al 3T de 2012) en los últimos meses, en un entorno económico tan deteriorado como el de España, un gran número de inversores, ávidos de rentabilidad y por qué no decirlo, también de especulación, han mantenido sus deseos de seguir invirtiendo en uno de los pilares que mantuvo a la economía española en tiempos mejores: el sector consumo.
Están proyectadas para 2012 un total de aperturas de 12 nuevos centros comerciales en España, destacando algunos de los más grandes como Gran Plaza 2 (Majadahonda), Puerto Venecia (Zaragoza; El Centro Comercial más grande de Europa), Rio Shopping (Valladolid), Zenia Boulevard (Alicante) o As Cancelas (A Coruña). Existen además numerosos proyectos adicionales de menor envergadura que se expanden por las principales capitales de provincia de todo el país.
Todo ello nos lleva a plantearnos el cambio que está teniendo lugar en el modelo de gestión tanto de los nuevos centros comerciales que abren, como de los que luchan por sobrevivir con modelos de negocio que se quedan anticuados a partir de los 10-12 años de vida y que no responden a las actuales demandas del mercado y los constantes cambios que presenta.
El boom de los centros y parques comerciales está dejando casos de cierre de negocio en algunas zonas especialmente saturadas de este tipo de negocios donde entre la competencia por un lado y la caída del consumo privado por otro, se pone de manifiesto que "no hay tarta para todos". Es el caso del extinto Centro comercial Avenida M-40 (Leganés) cerrado en 2010 cuando dos centros comerciales más grandes y situados en las proximidades de este (Isla Azul y Parque Sur) devoraron su clientela al tener prácticamente las mismas marcas y no estar diferenciados. En un entorno también difícil se encuentra compitiendo otro centro comercial como es el ABC Serrano, en una de las zonas comercialmente con más caché de la capital de España (Barrio de Salamanca)
La guinda del pastel de este tipo de negocios (aunque claramente diferenciado del tradicional centro o parque empresarial) es el macroproyecto madrileño de Eurovegas. A lo largo de los próximos meses podremos comprobar cómo resisten los envites de la crisis este tipo de centros, que no paran de crecer a lo largo y ancho de España y cuyo modelo de negocio está orientado a la concentración comercial como atractivo para la demanda agrupada de bienes y servicios, sobre todo de ocio.
Equipo de redacción dE
Imagen | Loop_oh
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