Nos encontramos en pleno debate europeo sobre la necesidad de implementar medidas que impulsen el crecimiento económico de la estancada eurozona, compatibles con la necesidad de seguir manteniendo a raya el déficit fiscal y la deuda pública. Con la política monetaria en manos del BCE, la clave está en utilizar las herramientas a disposición de los estados (política fiscal) en la dirección adecuada.
Como ya les expusimos algunos meses atrás en el artículo titulado Política económica a aplicar, es posible compatibilizar sendos objetivos de reducción del gasto y de los impuestos:
A) CONTROL DEL GASTO PÚBLICO Y DEL DÉFICIT
A estas alturas de la crisis, sólo a determinados grupos de interés les sigue pareciendo necesaria una expansión injustificada del gasto público a través de ayudas, subvenciones y en definitva mayores partidas presupuestarias para su mantenimiento. Las razones por las que es necesario el control del déficil público han sido ya expuestas en numerosas ocasiones y volver a insistir en su necesariedad parece, valga la redundancia, innecesario.
B) REDUCCIÓN DE LA CARGA IMPOSITIVA
Una de las claves de la dinamización de la economía la encontramos en el concepto de "renta disponible", entendida como la renta obtenida por nuestra/s actividad/es económica/s menos la carga tributaria establecida por el Estado. Una mayor renta disponible (o lo que es lo mismo, una menor carga tributaria) redundaría en mayor consumo y en mayor impulso económico para la economía vía generación de nuevas actividades, mayores contrataciones, etc. A la vez, como consecuencia de la menor tributación, el Estado no vería mermeda su necesaria recaudación pública, puesto que la propia dinamización de la economía generaría mayores hechos imponibles, que aún manteniendo un tipo impositivo menor, supondría las mismas o más recaudaciones que en un escenario de elevada presión fiscal.
Concluímos por tanto que las medidas que se propongan para impulsar la economía, deben tener como destino inexcusable determinadas exenciones o como mínimo importantes rebajas fiscales para determinadas iniciativas y actividades empresariales. Del mismo modo en materia de seguridad social y otras normativas sectoriales que exigen contribución económica del sujeto pasivo. Si no se favorece el emprendimiento con estas y otras medidas, el Estado seguirá encontrándose en un bucle de déficit-escasez de recursos-subida de impuestos para tratar de paliarlos, que sólo conllevará consecuencias indeseables.
Equipo de redacción dE
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