viernes, 4 de mayo de 2012

La 'agenda para el crecimiento' confirma que el ajuste fiscal no es suficiente para salir de la crisis


Desde que tuvo lugar el rescate griego hace ya casi dos años, la Unión Europea capitaneada por la canciller alemana Angela Merkel, ha apostado por la austeridad como salida a la grave crisis que lastraba el desarrollo económico del viejo continente.

Tras dos años de ajustes pocas son las luces que se ven al final del túnel, y por tanto se empieza a cuestionar que tal vez la austeridad por si sola no sea efectiva para salir del atolladero en el que nos encontramos, necesitándose medidas adicionales que nos ayuden de una vez por todas a cambiar nuestro modelo productivo, restaurar el crecimiento económico y la generación de empleo.

Este objetivo, aunque a priori puede parecer una contrariedad, se engrana con este segundo como si se tratara de dos fases dentro de un mismo proceso. Es decir, que para poder destinar los recursos económicos al fin más productivo, en una primera etapa el Estado ha de deshacerse de los gastos superfluos e improductivos tal y como está haciendo, aunque tenga colaterales que afectan a algunos colectivos con menores recursos.


La primera fase de este proceso está en pleno desarrollo, porque aunque es cierto que la agenda de servicios se está reduciendo para muchos servicios públicos, se está logrando eliminar las imperfecciones y los gastos innecesarios que tanto lastran a nuestra economía.

Y cuando este proceso se haya completado, se conseguirá una mejor asignación de los recursos públicos. Logrando al mismo tiempo una mayor eficacia en la gestión pública, y seguramente con una menor presión fiscal que la de partida, puesto que habremos dejado de atender a tantas partidas de gasto innecesarias como las que se han venido atendiendo en los últimos años que ya no formarán parte del gasto público.

Equipo de redacción dE

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