A estas alturas de la crisis es trivial decir que el gasto destinado a consumo en los hogares ya no es el que era. Las dificultades económicas han motivado el ajuste cuantitativo del consumo ante la menor renta disponible de tantos y tantos hogares, pero además se siguen modificando los hábitos de consumo al mismo ritmo que decrece la economía. Un estudio reciente de la Organización de Consumidores y Usuarios (OCU) nos desvela la nueva orientación del gasto familiar.
Lo más destacable en el cambio en los hábitos de compra, es precisamente la reasignación del destino del presupuesto familiar. En los últimos meses está primando un consumo menos diversificado y más básico, donde las partidas damnificadas han sido las tradicionalmente dedicadas a ocio, moda y productos alimenticios de mayor calidad, como el pescado fresco, entre otros.
La crisis económica se ha llevado por delante muchas de las actividades de ocio de las familias, que han buscado el ahorro ajustando esta partida junto con otras como el gasto en vacaciones, ropa y calzado, o ahorro en suministros como el teléfono e internet, según el citado estudio de la OCU.
El alza en los precios de la energía (gasolina, luz, gas) así como de las tasas municipales, está evitando que el esfuerzo de las familias por recortar en estas partidas tenga resultados de ahorro neto.
El cambio en la cesta de la compra está siendo notable. En primer lugar se ha producido un espectacular avance de las marcas blancas frente a las primeras marcas de fabricantes. Y por otro lado se consume menos carne y pescado fresco, que están siendo sustituidos por productos como el pollo, los congelados y las conservas.
Pero no todo está siendo recortar en el consumo. Se están produciendo aumentos de determinadas partidas de gasto familiar bien por necesidad como el transporte, bien por ahorro como las reparaciones de electrodomésticos, vehículos, ropa, calzado, etc., bien por preferencias de consumo como el gasto dental, en determinados tratamientos médicos o en cerveza.
En los próximos meses seguiremos comprobando la evolución que presentará el patrón de consumo de los hogares aunque sospechamos que el cambio en los hábitos de consumo está experimentando en muchos sentidos un camino sin retorno.
Equipo de redacción dE
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