lunes, 20 de agosto de 2012

¿Se pueden bajar los impuestos en las circunstancias actuales?


Hace tan solo unos días me llamó la atención la posibilidad de que el Gobierno italiano de Mario Monti bajase la presión fiscal en la economía italiana, una medida que chocaría contra el muro de hormigón del ajuste fiscal y con las peticiones de la Unión Europea, con la cortapisa de que con ello, se incentivaría el consumo favoreciendo el alcance de cotas de crecimiento económico.

Esta posibilidad, desde de mi punto de vista resulta un tanto utópica, y además, cuenta con un escaso margen de maniobra que no tiene hueco para la improvisación de medidas económicas 'originales'. Cuando, de implantarse finalmente carecería de toda lógica económica, porque sería como si alimentásemos nuevamente la maquinaria del gasto cuando se necesita el equilibrio presupuestario.




El motivo del por qué se esté estudiando posiblemente sea el estrechamiento de la baraja con la que cuentan los Gobiernos para drenar partidas de gasto público, existiendo nuevas partidas que son socialmente menos sensibles (y todo sea dicho, bien valoradas), que estos no están dispuestos a tocar. Como por ejemplo el funcionamiento de la administración del Estado, el número de diputados, el senado, en definitiva, los cargos políticos y toda la estructura asociada.


En conclusión, a lo que se debe tender como objetivo de largo plazo es a la racionalidad en el gasto público, entendiendo este como un dinero colectivo que se ha recadudado para cumplir un objetivo social y económico, y que no pertenece a ningún burócrata. Sino que el burócrata como tal se debe a esta obligación.


Equipo de redacción dE

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