Fue en 1951, en plena reconstrucción tras la segunda guerra mundial, cuando seis países fundadores (Francia, Alemania, Italia, Bélgica, Holanda y Luxemburgo) pusieron la primera piedra del proyecto Comunitario de Europa, a través de la firma del Tratado de París por el que se creaba la Comunidad Europea del Carbón y del Acero (CECA). Desde entonces, no ha cesado el avance en este ambicioso proyecto con la firma de Tratados y la sucesiva incorporación de miembros (actualmente 27 estados). La moneda común (euro) es el símbolo de una unión económica que nunca ha sido plena en Europa. ¿Cuáles son las causas de los problemas actuales de Europa?
Unificar la política monetaria comunitaria en manos del BCE tuvo un sólido fundamento en base al control de la inflación de la zona euro. El problema surge cuando no se tiene en cuenta que, a pesar de ser un único mercado común, regionalmente existen disparidades en la evolución de los precios y en el crecimiento económico que pueden llevar a situaciones en las que el mantenimiento de una política de tipos de interés concreta puede beneficiar a unos y perjudicar a otros. Es decir, una misma política monetaria de tipos de interés puede actuar en direcciones opuestas en distintas regiones.
En cuanto a la política fiscal, se ha puesto de manifiesto que esta crea aún más problemas en un entorno de gobiernos de distinto signo en toda la Unión Europea. Mientras algunos países sostuvieron desde los inicios de la crisis la idea de control del déficit, en otros (como en el caso de España), se dispararon las políticas económicas de gasto (Plan E, deducción de 400 euros en el IRPF, cheque bebé, etc) buscando el paliativo de un problema al que, lejos de encontrar la solución por ese lado, aumentó la dependencia económica de muchos estados a los mercados en forma de emisión de deuda para financiar el déficit público generado.
La forma de entender las relaciones Estado-mercado, inversión-gasto público, solución o gestión pública-privada, etc. varia enormemente de unos países a otros en función de su idiosincrasia pero son básicamente los gobiernos de turno los que dirigen esta política. Acercar directrices políticas en el seno de UE se antoja complicado en tanto en cuanto sigan primando la demagogia y la búsqueda del voto fácil en detrimento de las políticas que más favorecerían a las economías europeas a medio y largo plazo.
Equipo de redacción dE
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