Todos recordamos este video de hace casi tres años, en el que el ex-Presidente del gobierno de España José Luis Rodríguez Zapatero, anunciaba su 'plan de choque' contra el alto desempleo en forma de la versión más ácida y mal interpretada del Keynesianismo, la solución a la crisis mediante el aumento del gasto público. Olvidando que este ilustre economista se refería a inversión productiva y no a cualquier tipo de gasto por parte de la administración.
Esta medida que tuvo un impacto temporal y transitorio sobre el nivel de empleo, manifiestamente insuficiente, contribuyó de manera notable a incrementar el déficit público de la economía española, y condicionando en parte importante la necesidad de ajustes presupuestarios desde el mes de mayo del año 2010 a la voz de socorro del rescate griego, ha justificado los duros ajustes a los que nos estamos sometiendo.
Cuando acontece un ciclo recesivo de la economía, es importante que todos los esfuerzos se sumen en la misma dirección, y no como se ha manifestado en la anterior legislatura, en la que se entremezclaron dos políticas fiscales, una expansiva (ejemplarizada en los sendos planes 'E') y una contractiva con reducción del gasto público tras el rescate heleno y la subida de la imposición indirecta (con la subida del IVA el día 1 de julio de 2010).
Lo que ha conseguido una dilución de los efectos y las reacciones a la propia crisis, poniendo en cuestión que si un gobierno político elegido legítimamente para un período de cuatro años, debe tener el 'poder económico' para obligar a los planes económicos tengan una duración tan corta como los cuatro años, o incluso menor como la que acabamos de argumentar.
Por ello, tal vez tendríamos que plantearnos si el poder económico debería ser ajeno a ese ciclo de cuatro años, debiendo elegirse sus derroteros por un equipo de tecnócratas, doctos en las ciencias económicas y empresariales que permitan diseñar planes de largo plazo, con una evaluación férrea para poder detectar desviaciones y con la posibilidad de emprender las acciones correctoras con la legitimidad suficiente si ser necesario el beneplácito del poder político, que no ve un horizonte más allá de los cuatro años.
Equipo de redacción dE
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Los dos planes E han sido un error, se han aplicado a gastos superfluos y totalmente prescindibles. Comparto con el autor de la entrada sobre que los planes económicos no tienen por qué ajustarse a los ciclos electorales.
ResponderEliminarMe gustaría conocer la opinión de autor respecto a cómo se pueden separar ambos poderes (económico y político)...
ResponderEliminarC. Llul
Estimado Carles,
ResponderEliminarla solución sería la creación de una comisión gestora en materia de economía, compuesta por profesionales en las distintas ramas en la materia económica, y ajena al poder político. Solo de este modo podrían consumarse los objetivos económicos con planes continuistas y más acertados.
Muchas gracias por seguirnos.
Equipo de redacción dE