Como cada año las esperanzas de muchos españoles se han visto depositadas en el sorteo especial de la lotería nacional con motivo de la navidad, en un año marcado por dos ingredientes adicionales, de un lado el aumento de la cuantía del premio 'gordo' desde los 3 millones de euros del último año por número premiado hasta los 4 millones, y por otro lado, por un aumento de la expectación como consecuencia del recrudecimiento de la crisis económica, como si se tratase del ave Fénix que cubriría las deudas y las ambiciones de muchos particulares, autónomos y pymes.
En España, el que más o el que menos, sucumbe ante los encantos de la conocida como lotería de navidad, y aunque es cierto que son muchos los que ignoran la celebración de este sorteo, en términos medios cada español juega la cantidad de 71 euros, una cifra sorprendentemente elevada, que puede entenderse como un impuesto voluntario al suponer una importante fuente de ingresos para las arcas del Estado.
Dentro de esta cifra tenemos que decir que el gasto medio varía por comunidades autónomas, siendo La Rioja la que más gasta (con 106,31 euros), y la que menos son los ciudadanos de las ciudades autónomas de Ceuta y Melilla, con 17,10 y 16,90 euros respectivamente.
Si cuantificamos la cantidad de dinero que se logró recaudar con dicho evento, apuntar que como consecuencia del sorteo del año pasado de 2010 el fisco logró recaudar la friolera de 2.694 millones de euros, un auténtico colchón financiero que supone una inyección de liquidez para las cuentas públicas si ningún tipo de imposición ni reclamo tal y como sucede con los tributos (impuestos, tasas y contribuciones especiales) que se recaudan vía coercitiva.
Por lo que no deja de ser sorprendente el acierto de la estrategia de marketing de Loterías y Apuestas del Estado (LAE) para generar ingresos en un entorno paupérrimo en el que las disponibilidades líquidas de las familias y la presión fiscal que se ejerce sobre la economía se sitúan en máximos de nuestra historia económica reciente.
Al hilo de ello, no me extraña que no se quiera privatizar el negocio de las loterías cuando resulta uno de los más rentables de cuántos se conocen, puesto que privaría al Estado de una renta atípicamente golosa que emana del un 'producto' con un gancho perfecto. Con independencia del precio en el que se fije la entrada del capital privado en su negocio, que supondría pan para hoy y hambre para mañana. Siendo esta la causa real de la marcha atrás del anterior equipo económico de José Luís Rodríguez Zapatero, y no los presuntos problemas de financiación con los que se llegó a especular.
Por lo que no deja de ser sorprendente el acierto de la estrategia de marketing de Loterías y Apuestas del Estado (LAE) para generar ingresos en un entorno paupérrimo en el que las disponibilidades líquidas de las familias y la presión fiscal que se ejerce sobre la economía se sitúan en máximos de nuestra historia económica reciente.
Al hilo de ello, no me extraña que no se quiera privatizar el negocio de las loterías cuando resulta uno de los más rentables de cuántos se conocen, puesto que privaría al Estado de una renta atípicamente golosa que emana del un 'producto' con un gancho perfecto. Con independencia del precio en el que se fije la entrada del capital privado en su negocio, que supondría pan para hoy y hambre para mañana. Siendo esta la causa real de la marcha atrás del anterior equipo económico de José Luís Rodríguez Zapatero, y no los presuntos problemas de financiación con los que se llegó a especular.
Equipo de redacción dE
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Lo que es sorprendente es la capacidad que tiene el Estado de recaudar casi 2.700 millones de euros con un tributo que funciona mejor cuanto más echa polvo está la economía. Estoy con la opinión del autor de la entrada en que nunca se privatizará Loterías.
ResponderEliminarPonga la cosa como se ponga, el año que viene seguiremos gastando la misma cantidad en lotería, que gran idea quien la inventó
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