Hace tan solo unos días, uno de nuestros lectores, Antonio Márquez, nos señalaba al copago sanitario como una posible solución para aumentar la racionalidad de los usuarios de servicios públicos, al ejercer de barrera de entrada a la hora de decidir si necesitamos usar el servicio, de tal modo que se reservaría su uso para los casos realmente necesarios.
Por tanto, hoy me planteo como objetivo explicar qué es el copago, las ventajas que presenta frente a otros modelos de gestión sanitaria, así como su aplicabilidad en el Sistema Nacional de Salud (SNS) español, para que ustedes puedan analizar qué es lo que más conviene a nuestra economía en base a la eficacia y la eficiencia de uno de los servicios públicos esenciales, como es la atención sanitaria universal.
- ¿Qué es el copago?
2. ¿Qué ventajas presenta frente a otros modelos de gestión?
El principal problema del que adolece la sanidad pública española (que varía por comunidades autonomas porque es una política transferida) es la saturación de la atención primaria y sobre todo de la especializada, para la que en algunos casos existen unas listas de espera interminables que convierten en una tarea harto complicada asignar prioridades y cumplir unos tiempos de espera razonables.
Esta situación es debida a dos grandes factores:
i) El incremento poblacional al que está aparejado un incremento de la demanda de servicios sanitarios de forma natural
ii) La saturación a la que se encuentran sometidos gran parte de los servicios sanitarios como consecuencia de un abuso de su uso por parte de unos usuarios que tienden a pensar que el servicio es gratuito
Estas circunstancias inciden directamente en la calidad, una calidad que se ha visto deteriorada en la última década, y en especial tras trasladarse la crisis económica a las variables macroeconómicas reales (déficit, estabilizadores automáticos, desempleo, etcétera). Por tanto, no queda otra que obligar a los usuarios a hacer un uso racional del servicio, lo que implica muchas veces atacar el 'bolsillo' de estos, porque parece ser esta la medida más disuasoria.
Aquí jugaría un importante papel el sistema de copago, porque al fijarse un precio representativo por solicitar todos y cada uno de los servicios que están cubiertos por el sistema nacional de salud, muchos usuarios no acudirían bajo cualquier circunstancia al especialista, sino que esa tasa ejercería el efecto de una poderosa barrera de entrada a la hora de decidir si acudir o no, utilizándose el servicio solo en caso de que sea necesario, puesto que bajo este escenario el usuario que no lo necesitara no acudiría porque tendría que pagar por ello.
Con ello reduciríamos sin lugar a dudas el uso del sistema, incidiendo positivamente en las listas de espera, e incluso en la calidad del servicio, no entendida como el grado de efectividad o compromiso del personal sanitario, que se supone inalterado bajo cualquier circunstancia, sino como una mejora de los tiempos de respuesta y de resolución de expedientes médicos.
3. Aplicabilidad en el Sistema Nacional de Salud (SNS)
Teniendo en cuenta que la sanidad es uno de los servicios públicos más sensibles para el conjunto de la sociedad, cualquier actuación ha de medirse mucho. Por lo que sería complicado introducir una fórmula de copago cuando los contribuyentes ya pagan por el servicio a través de los impuestos, al defender muchos que se pagaría dos veces por la misma cosa.
Tal vez habría que centrar los esfuerzos en defender su necesidad, incidiendo en la insostenibilidad del modelo de sanidad pública tal y como está configurada en la actualidad, necesitando acometer acciones para evitar que la actual situación desemboque en una merma del servicio y en un deterioro de la atención por no contar con los recursos suficientes.
Una vez realizado este ejercicio, sería importante coordinar acciones entre las distintas comunidades autónomas, de tal manera que no cabría un modelo parcial en el que algunas comunidades autónomas apliquen el copago y otras no. Debiendo estandarizarse los copagos entre ellas de tal manera se evite dar pie a movimientos poblacionales por razones sanitarias dentro de nuestras fronteras, porque en cualquier caso la medida debe ser no discriminante, e igual para todas y cada una de las regiones que forman el Estado español.
Equipo de redacción dE
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El copago es una herramienta injusta porque ya financiamos a la sanidad con nuestros impuestos. Lo que temo de este asunto es que la sanidad deje de ser un servicio público y se empiece a fomentar las pólizas de seguro privadas
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