Este fin de semana se está celebrando una nueva edición del Salón Inmobiliario de Madrid -SIMA-. En ella se está corroborando la intensa lucha por deshacerse de inmuebles así como las armas que están empleando para ello promotoras y banca.
Las primeras, con toda la experiencia del mundo en la comercialización de inmuebles, están incluyendo fuertes descuentos en el precio final de pisos y casas así como nuevos servicios y garantías como el servicio postventa. Amparan grandes descuentos y una oferta más amplia de servicios bajo la premisa de un asesoramiento inmobiliario más profesional.
Por su parte, la banca "tiene la sartén por el mango" en el que probablemente sea el aspecto más determinante en la actualidad: la financiación.
El cierre del mercado crediticio, con acceso actualmente muy limitado a operaciones muy aseguradas y con muchos condicionantes, está poniendo en manos de la banca en múltiples ocasiones, la decisión última sobre el cierre de las ventas de inmuebles en nuestro país. Además, la banca aún sigue viendo como crecen en sus balances (o en el de sus participadas) el número de inmuebles adjudicados a los que tienen que darle salida con rapidez para no mermar demasiado sus cuentas de resultados via provisiones.
Todo ello está dando lugar cada día a más situaciones en las que potenciales compradores están interesados en inmuebles de promotoras, pero con escasas posibilidades de financiación ante la preferencia de la banca de financiar y dar salida a sus unidades. Con este panorama, y ante la lucha abierta entre banca y promotoras, la realidad del mercado inmobiliario en España sigue estando condicionada por un enorme stock de vivienda, que deberá ser absorbido por el mercado casi en su totalidad para que podamos volver a ver dinamizarse el sector de la vivienda sin tantas restricciones.
Equipo de redacción dE
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