martes, 8 de noviembre de 2011

Deudores que hacen de ti un deudor (I)


Una de las muchas lecciones que nos ha traido esta crisis se podría resumir en: "No permitas que tus deudores hagan de ti otro deudor". Entre las justificaciones más sonadas en el recobro diario de facturas atrasadas de pymes y autónomos encontramos: "Me deben xxx euros, en cuanto los cobre te pagaré" o eso de "tengo en la calle xxx euros repartidos, con eso saldaría todas mis deudas", entre otras. Pero, ¿cómo se ha llegado a esa situación? es decir ¿cómo es posible ser arrastrado por tus deudores hacia la quiebra? Les analizamos algunas de las claves.

EDUCACIÓN FINANCIERA
En primer lugar, la lánguida estructura de liquidez que han mantenido autónomos y pequeñas y medianas empresas en nuestro país desde épocas anteriores al estallido de la crisis ha estado asociada en no pocas ocasiones a un bajo nivel de educación financiera. Productos financieros como cuentas de crédito o líneas de descuento de efectos comerciales para financiar el activo circulante de pymes y autónmos, han sido usados indiscriminadamente en los proyectos empresariales sin atender a su esencia: cubrir los desfases de tesorería del activo circulante.
El mejor ejemplo de estas prácticas lo tenemos en la contratación de cuentas de crédito usadas erróneamente para acometer inversiones en inmovilizado. Este producto financiero está ideado para contar con liquidez para comprar activo circulante (existencias) e ir reponiendo la tesorería en función del nivel de ventas. Además normalmente se tiene que cancelar en un año. Pues bien, inconcebiblemente en múltiples ocasiones, en lugar de ello se han utilizado estas líneas para la compra de vehículos de empresa. Primer problema: Ya has dispuesto totalmente la línea y acabas de mermar tu capacidad de comprar existencias al contado (perdiendo oportunidades, ofertas y rappels al pagar al contado). Segundo problema: Al vencer la línea (al cabo del año) tienes una deuda que cancelar totalmente y que dificilmente podrás saldar, teniendo que refinanciar en un préstamo (qué es lo que realmente requirió inicialmente la financiación de ese inmovilizado) en condiciones leoninas.

La baja educación financiera tiene además su reflejo en la continua salida de beneficios del ambito empresarial al personal, no diferenciando ambos. Es normal iniciar un proyecto empresarial necesitando de productos financieros como el comentado. Lo que ya no es tan normal es que habiendo mantenido varios ejercicios con buenos resultados, algunas pymes y autónomos los sigan necesitando para sobrevivir. El traspaso de beneficios de la empresa al ámbito personal, en lugar de ser reinvertidos en la misma, provocan esas situaciones: tú empresa lleva años generando dinero, has comprado muy buenos coches, has hecho estupendos viajes, estás entre la jet set empresarial de tu ciudad... pero tu empresa sigue necesitando la financiación de los bancos para sobrevivir!! Toda esa tesorería sacada de la empresa y despilfarrada, si se hubiese reinvertido en la misma, habría generado en numerosas ocasiones, un fondo de liquidez suficiente para autofinanciarse ahorrando elevados costes financieros.

ELEVADA CONCENTRACIÓN DE RIESGO
Por otra parte, otra de las claves empresariales que pueden hacerte pasar de la cresta de la ola a la quiebra de tu negocio es la elevada concentración de riesgo entre tus clientes. Mantener un elevado porcentaje del volumen de negocio de la empresa en manos de uno o pocos clientes conlleva varios riesgos. Primer problema: El margen de negociación de tu empresa es muy pequeño, máxime si tus clientes son conocedores de su privilegiada posición. Muy probablemente estrujarán las condiciones contractuales exigiendo mayores descuentos (menor margen para tu negocio), mayor plazo de pagos (a 180 o más días), etc. Segundo problema: Tu negocio dependería de la evolución de tus clientes. Una mala gestión por parte de estos arrastaría también a tu empresa. Por lo que podemos concluir que una escasa diversificación de tu clientela supone estar en sus manos. Si ellos caen, tú caes.

Equipo de redacción dE

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