miércoles, 23 de noviembre de 2011

La re-reforma del mercado laboral en España


A la espera de que se ejecute el traspaso de poderes entre PSOE y PP tras las elecciones del pasado 20 de noviembre, a los populares les crecen las voces que empiezan a solicitarles cuanto antes declaraciones sobre las reformas a realizar y sobre el alcance de las mismas. Los primeros en pedírselo son los mercados (que días antes de las elecciones generales ya habían descontado la victoria del PP) cuya incertidumbre sigue cotizando al alza, con caídas generalizas en índices bursátiles y una prima de riesgo persistentemente elevada.
Una cosa sí está clara. La mayoría absoluta obtenida por el PP va a poder ser utilizada para poder aprobar con contundencia todas aquellas medidas de carácter urgente que necesita el país. No es tiempo de demorar las reformas con largas negociaciones a través de comisiones en las Cámaras.


Pero si hay una reforma que ante la actual coyuntura económica debe acometerse con prioridad "uno", esa es la reforma del mercado de trabajo. Les contamos algunas de las claves.

Parece que el objetivo inmediato debe ser despejar incertidumbres, dentro y fuera de nuestras fronteras, cumpliendo y explicando en profundidad las medidas y propuestas del programa electoral para paliar los daños que está sufriendo nuestra economía.
La patronal (CEOE), el Círculo de Empresarios, asociaciones de pymes y autónomos, entre otros, están solicitando estos días al nuevo Gobierno la aplicación urgente de medidas que se encuadren dentro de una nueva reforma laboral para fomentar la tan necesaria creación de empleo. Entre ellas destacamos:
  • Reducción de costes patronales con una rebaja en cotizaciones a la Seguridad Social, que no llegue a dañar en exceso a las arcas públicas.
  • Eliminación de las rigideces a la contratación indefinida (apuntando directamente a los costes de despido).
  • Simplificación de contratos (existen actualmente más de cuarenta modalidades de contrato temporal).
  • Aplicación de incentivos fiscales y bonificaciones en cuotas a pymes y autónomos con la contratación del primer empleado.

Muy probablemente, entre todas estas medidas y alguna adicional, esté la clave para poder impulsar la creación de empleo en nuestro país. En concreto con la propuesta de simplificación de contratos, me llama poderosamente la atención el miedo a contratar indefinidamente que ha habido durante años (dejando a un lado los últimos 4 años). Durante todo este tiempo se ha estado cometiendo un auténtico fraude de ley a la normativa que limitaba la contratación temporal de una persona durante un número determinado de meses, tras los cuales, se consideraban indefinidos y había que hacerles contrato indefinido y pasarlos a plantilla. Por ello, miles de pymes y autónomos han estado agotando los plazos máximos que ofrecían los contratos temporales para después no renovar al personal correspondiente y emplear uno nuevo con las mismas funciones. Por no hablar de las pillerías de muchos que mandan a sus empleados a apuntarse 3 días al INEM para volver a "rescatarlos" del paro, eso sí, sin antigüedad en la empresa.

Los costes asociados a la antigüedad de un empleado con un contrato indefinido han sido siempre un "handicap" para el empresariado para mantener plantilla con antigüedad. 
Adaptación del modelo Austríaco
Por todo ello deberíamos plantearnos si no sería mucho más conveniente extender una única modalidad contractual que sería indefinida per se, en la que se estableciera una indemnización anual por cese que el empresario tuviese que asumir en la misma cuantía total, tanto si se tratase de un trabajador que llevara 5 años, como si se tratase de 5 trabajadores que han estado trabajando un año cada uno en la empresa. Como es de suponer, las dificultades estarían en fijar esa indemnización por cese: Si son 20 días por año trabajado tal y como se aprobó en la última reforma laboral o algo menos. Y qué parte asume el Estado a través del Fondo de Garantía Salarial y qué parte el empresario.

Lo que parece claro es que esta modalidad, equiparía los costes asociados al despido de todos los trabajadores, eliminando ese pánico generalizado a la contratación indefinida y la dualidad existente entre ambos tipos de contrataciones. Pymes y autónomos contarían con el personal que desean, sin tener que desprenderse de personas válidas en el desempeño de su trabajo por una cuestión de costes, ya que serían los mismos para un empleado que mantuvieran 4 años, que para 2 empleados que se repartieran ese contrato durante ese mismo plazo total.

Por otra parte, otro de los beneficios que arrojaría esta modalidad contractual podría ser el traspaso de esos derechos económicos consolidados a cualquier empresa. Hay una enorme cantidad de empleados en España con contrato indefinido, que sin ser felices con su trabajo o con la labor que desempeñan, no se plantean cambiar de empleo por ese miedo a perder la indemnización a la que tendría derecho por su antigüedad en la empresa. Esto lastra la capacidad productiva de la empresa y va totalmente en contra de la movilidad geográfica y funcional que toda política económica debe promover.

El punto conflictivo de toda esta propuesta estribaría en el incremento en mayor o menor medida de los costes salariales. La creación de ese fondo "para contingencias de desempleo" en que deberían ir revertiendo mensualmente las aportaciones para futuras indemnizaciones iría nutrido, en el mejor de los casos, por parte tanto de empresario como de trabajadores. Y el reparto de este coste ya sería la cuestión a debatir.

Equipo de redacción dE





Si has encontrado útil este artículo puedes compartirlo desde tu blog, página Web o foro.




No hay comentarios:

Publicar un comentario