viernes, 28 de octubre de 2011

¿Apuestan los consumidores por el precio o por la calidad?

En un país como el nuestro, con abundantes productos importados de países de Europa del este, asiáticos y norteafricanos, entre otros, a la vez que se multiplican las quejas y lamentaciones de los puestos de trabajo que se pierden por dejar de fabricar nacionalmente toda una serie de productos que vienen de fuera, también nos quejamos si lo que vamos a consumir es más caro por ser made in Spain, con mayor calidad y mayores costes de producción que en otros países. Entonces, ¿qué demandan los consumidores realmente?
Es frecuente escuchar la coletilla de que "ya no se hacen electrodomésticos, coches, etc como los de antes". Y es verdad. Pero, qué ha cambiado: ¿la oferta o la demanda? Durante los últimos años, los fabricantes han luchado por minimizar toda la cadena de costes de sus industrias para ofrecer el mejor precio, pero si lo han conseguido ha sido sin duda porque los consumidores han recibido estas estrategias con los brazos abiertos. Por lo general, en el mercado se está prescindiendo de calidad porque es lo que lo consumidores están reclamando: precios bajos. Buen ejemplo de ello es la proliferación de compañías aéreas low cost entre las que hay que incluir la nueva filial de Iberia que comenzará a operar en el verano del 2012,

Tenemos más ejemplos en las cadenas de distribución: Desde el pasado ejercicio 2010 y en plena crisis, Mercadona está superando en beneficios al todopoderoso El Corte Inglés (ECI) y a mucha distancia de Carrefour o Eroski. La estrategia de contención de costes de Mercadona aplicada a su política de "siempre precios bajos" les está haciendo llevarse el gato al agua en el mercado de la distribución en España. Hasta tal punto que ECI tuvo que contraatacar con una marca blanca, Alidada, al igual que Carrefour con Carrefour discount, para poder poner freno al crecimiento en la cuota de Mercado de la cadena que preside Juan Roig.
De la misma forma que empresas del grupo Inditex, como Zara, Mango, Stradivarius, Bershka, etc ofrecen en el mercado textil colecciones con diseños muy populares a precios bajos que tienen una demanda muy elevada. Productos que nada tienen que ver en calidad con un Lacoste, Ralph Lauren o Burberry, entre otros, pero cuya demanda ha ensalzado al señor Amancio Ortega hasta el top ten de la la lista Forbes mundial.

Por otro lado, la constante evolución en la producción y el desarrollo tecnológico han contribuido notablemente a cambiar las pautas de consumo, refrendando la hipótesis de que es la demanda quien sin ninguna duda motiva la bajada de precios (y no al revés). Ya nadie quiere un coche, una televisión y por no decir un ordenador que les dure 20 años. Muy razonable si se quiere estar a la última, al ritmo que evoluciona la electrónica y el motor. En definitiva, en las últimas décadas estamos asistiendo a un cambio en nuestros hábitos de consumo, impulsados por los cambios tecnológicos y también ahora por la crisis, que nos obligan en cierto modo a consumir a precios más bajos (y maximizar el poder adquisitivo) a la vez que evitamos quedarnos atrás en moda, tecnología, tendencias, etc.

Equipo de redacción dE

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