sábado, 27 de octubre de 2012

El abuso de los poderes empresariales: Pagar tarde, mal y nunca


En este post queremos poner de relieve una práctica muy perjudicial para las relaciones empresariales y el desarrollo económico que se está dando entre los agentes económicos. Nos referimos especialmente a las relaciones contractuales que unen a pymes y grandes grupos empresariales y cómo estos utilizan esencialmente su posición y su poder económicos para “estrujar” y aprovechar las situaciones de contratación y/o subcontratación que las pymes les brindan.

En primer lugar, para que una pyme pueda acceder al contrato ofrecido por una gran empresa o grupo de empresas, de partida tendrá que estrangular su margen de ganancia al máximo, en beneficio de la empresa contratante. Tengamos en cuenta que habrá competencia por participar en el negocio y que esto motivará las reducciones de márgenes, para que a su vez, la empresa contratante pueda ofrecer un buen precio final. Ejemplo: El Corte Inglés contrata los suministros de la empresa de jamones X para su campaña de navidad. La empresa de jamones X ha conseguido lo que creerá el contrato de su vida frente a su competidor jamones Z, a costa de reducir al máximo sus márgenes para que El Corte Inglés a su vez pueda obtener un beneficio considerable ofreciendo un precio asequible al consumidor final.
En segundo lugar se establecerán los medios y los plazos de pago.  Y si la reducción del margen era ya bastante perjuicio para la empresa contratada, lo será aún más cobrar a 120 o 180 días. Grandes empresas de distribución e hipermercados se aprovechan de las grandes ventajas financieras que les ofrece esta operatoria. Cobrando sus ventas en “cash” y pagando de forma aplazada sin interés a sus proveedores, consiguen un remanente de tesorería que les permite grandes posibilidades financieras.

Finalmente, y es lo más grave, se está dando la siguiente situación entre grandes grupos empresariales especialmente ligados al sector de la construcción y de la obra civil: Tras estrujar el exiguo margen de las empresas (sub)contratadas y de hacerles firmar un vencimiento de pago largo, llegado el momento no atienden el pago alegando múltiples razones e incluso amenazando con la incursión en el concurso de acreedores. Realmente incluso iniciando un procedimiento judicial para el recobro, la gran empresa sigue ganando, puesto que los trámites judiciales pueden llevar la resolución a varios años vista y para entonces, la gran empresa ha recuperado, con ganancias, los intereses de demora que tendrá que pagar por el principal de la deuda a la pyme.
Cuando grandes facturaciones pendientes están casi dadas por perdidas, la gran empresa les ofrece atenderles la liquidación de todo lo pendiente, ¡¡con un descuento de entre el 40% y el 60%!!. Se está haciendo verdad el dicho de pagar tarde, mal y nunca. Si consideramos la reducción inicial de márgenes, la demora en el tiempo (con el coste financiero que ello conlleva) y el descuento, el pequeño beneficio que le quedaba a la pyme se convierte en una gran pérdida.

El sueño de trabajar con nuestra pyme para una gran empresa del IBEX-35 se ha convertido en pesadilla. Negocio frustrado.
Equipo de redacción dE
 

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