miércoles, 28 de marzo de 2012

Ni los abogados se escapan de esta crisis


La abogacía, una de las ramas del sector servicios con más vocación entre los estudiantes universitarios, está como casi todo, en horas bajas. La crisis financiera internacional que se originó hace ya más de 4 años con el agravante en España del estallido de la burbuja inmobiliaria, ha dejado al descubierto una desproporcionalidad o descompensación entre el  el bajo nivel de actividad económica y el elevado número de egresados universitarios, que ni el Estado ni el mercado pueden absorber. A continuación les explicamos algunos de los problemas con los que se está encontrando este colectivo.


Según el último informe disponible del Consejo General de la Abogacía Española, a 31 de diciembre de 2007 había en España 118.775 abogados ejercientes, con una marcada concentración geográfica entre Madrid, Barcelona, Valencia y Málaga, que aglutinaban al 50% del total. 
Durante la década anterior a la elaboración de dicho informe, el número de abogados en España aumentó un 24% mientras que la población lo hizo un 13,4%. España se coloca como el quinto país de la UE-27 con mayor número de abogados por habitante (2,63 por cada 1.000 habitantes) por detrás de Liechtenstein, Grecia, Italia y Luxemburgo.
De los aproximadamente 13.000 universitarios que cada año terminan sus estudios en Derecho, alrededor de 5.000 se incorporan al ejercicio profesional como abogados.

Esta pequeña radiografía de la abogacía española pone de manifiesto que la desproporcionalidad entre (de)crecimiento económico y número de nuevos licenciados universitarios evita que haya pastel para todos. Máxime aún si tenemos en cuenta que según una publicación del año 2007 del diario Expansión, en el ejercicio 2005 tan sólo 44 de las más de 91.000 firmas de abogados existentes en España, facturaron casi un 20% del total de volumen de negocio del sector.

En épocas de bonanza económica en España, una licenciatura en Derecho daba opciones, básicamente, de:
  1. Ejercicio independiente de la profesión
  2. Incorporación al mercado de trabajo en empresas públicas o privadas
  3. Oposiciones con un amplio abanico de Administraciones y Organismos
Actualmente con las opciones 2 y 3 prácticamente congeladas (siendo generosos con el comentario) la opción del ejercicio independiente de la profesión está generando una creciente competencia low-cost con una guerra de precios soportada por costes mínimos a los que ayuda en muchos casos el ejercicio profesional en el domicilio particular; Nótese la proliferación de placas en los portales de los edificios.

Por otra parte, ha sido una práctica muy extendida en el sector de la abogacía el supeditar el cobro de honorarios a la finalización de las actuaciones. Ello ha llevado a 2 costumbres entre la clientela que han perjudicado al sector:
  • Creación de expectativas sobre lo que es "consultar" a un abogado (gratis o casi), diferenciándolo de lo que es la prestación de un servicio integral.
  • Problemas a la hora de cobrar las minutas (honorarios) finales ya que, si el caso ha sido desfavorable para el cliente, éste entiende que el abogado no ha hecho bien su trabajo y no las merece (al menos en la cantidad solicitada) mientras que si el caso ha sido favorable para el cliente, la versión de éste último es que llevaba la razón desde el principio, desmereciendo su trabajo e igualmente poniendo trabas en el pago a la cuantía total.
En éste último punto se puede decir que los clientes son como cualquier equipo de fútbol; Si se ganan los partidos es porque los jugadores (y los clientes) son muy buenos. Si se pierden... hay que mirar al entrenador. Tan injusto como la vida misma.

Equipo de redacción dE




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