jueves, 5 de julio de 2012

El mercado automovilístico en España


Durante los dos últimos años, el mercado del automóvil nuevo en España se ha desplomado. Las ventas han caído en picado a la vez que el empleo en nuestro país y esto ha generado un cambio de tendencia en el mercado, donde la preferencia de los consumidores ha virado hacia modelos de ocasión o segunda mano.
La consecuencia directa de la búsqueda del ahorro a través de la compra de coches usados es que el parque automovilístico español se está envejeciendo. La antigüedad media de los turismos usados ronda los 7 años  y casi el 50% del parque supera los 100.000 km, y tan sólo cerca de un 30% tiene una antigüedad inferior a los 5 años. 

Entre los consumidores pesa la crisis, el desempleo y la falta de confianza en el futuro para adquirir un coche nuevo. Pero no menos importante es el hecho de que se trata de una inversión en un bien fácilmente depreciable (desde el minuto uno de su adquisición). Toda la población, a pesar del pinchazo de la burbuja inmobiliaria es consciente de que el precio de sus viviendas tiene que tender a estabilizarse a medio plazo y a ir incrementándose (en algunas zonas) a largo plazo. Pero en cambio, en los automóviles, la depreciación física de los mismos unidos a la obsolescencia tecnológica y a los nuevos modelos que van saliendo al mercado, hacen que el valor de esta inversión haga de ella realmente un gasto.

El futuro del mercado del automóvil pasa por dos caminos diferentes:
  • La potenciación del mercado del automóvil low-cost. Ya hay primeras marcas como Renault (Dacia) o el grupo Volkswagen (Skoda) con productos para un segmento del mercado más económico y que todavía tiene que dar un gran salto.
  • El desarrollo de vehículos ecológicos. Esta rama sí que tiene que dar el gran salto. Y además lo hará en breve. Algunos marcas como Nissan (Leaf) y Renault (Twizy) ya comercializan  coches eléctricos, pero lo cierto es que todavía requieren importantes desarrollos en cuanto a la durabilidad y autonomía de las baterías. El ahorro energético en petróleo en un país tan dependiente como España lo agradecerá. Y el medio ambiente también.
Equipo de redacción dE

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