jueves, 24 de mayo de 2012

¿Hacia donde nos lleva la inflación de títulos?


De una manera muy simplificada, en Economía entendemos por inflación el incremento de manera sostenida en el  tiempo en el nivel general de precios, lo cual redunda en una disminución en el poder adquisitivo de la moneda. Esto es, se necesitan más unidades monetarias para adquirir el mismo bien o servicio. Entre las razones que motivan esta consecuencia encontramos un crecimiento excesivo de la oferta monetaria o dinero en circulación. ¿Podemos equiparar estos efectos con la educación universitaria y post-universitaria de los últimos años? Veamos que sí.



En los inicios de la democracia en España, era muy bajo el porcentaje de población que llegaba a cursar estudios superiores y universitarios. Como es natural, este segmento de población tenía todas consigo para poder acceder a los puestos de trabajo cualificados en el mercado de trabajo privado así como a excelentes puestos en la función pública vía oposiciones.

A partir de aquellos años, comenzó a generalizarse y a hacerse extensivo a prácticamente la totalidad de la población, una educación de mayor calidad desde niveles elementales hasta universitarios. Las políticas educativas apoyadas en importantes partidas para becas contribuyeron a ello en base a la prosperidad y a la mejora del nivel de vida que brindó el crecimiento que experimentó la economía española (a pesar del importante bache de primeros de los 90´s). La mayoría de las generaciones anteriores que por los problemas económicos de la posguerra en España no pudieron acceder a la universidad y vieron que allí es donde se forjaban puestos de trabajo cualificados y bien vistos en la sociedad, no podían tener otro mensaje para sus hijos cuando llegaron los años de bonanza que no fuera: "Niño/a, tú estudia una carrera que te coloques en un buen puesto de trabajo"

PROBLEMA Nº 1: EL EFECTO EMBUDO
Cuando la economía de tu país en general, y el tejido empresarial en particular, no crecen más que lo que lo hace la oferta de titulados universitarios, empezamos a tener un problema. Esto, en época de crisis como la actual, se ve agravado por:

  • Escasa diversificación por sectores 
  • Poca mentalidad/concienciación/espíritu de emprendimiento
  • Mínima inversión en I+D+i para adelantarse a otras economías
Para el debate podemos dejar el hecho de cómo la masificación universitaria ha redundado en una bajada de nivel o exigencia. Eso necesariamente ha mermado la calidad de la enseñanza universitaria y ha abierto otro debate sobre si es procedente la potenciación de oficios a través de la mejora de la enseñanza de formación profesional. Y este último punto no es trivial, puesto que este tipo de profesionales pueden permitirse empezar a producir desde su incorporación al mercado de trabajo, mientras que muchas titulaciones universitarias prácticamente no te dan herramientas aplicables y es necesario otro aprendizaje "práctico".

PROBLEMA Nº 2: ¿CÓMO ME DIFERENCIO EN EL MERCADO DE TRABAJO?
En los inicios del "boom universitario", cursar estudios de Máster suponía un definitivo valor añadido para cualquier aspirante a un puesto de trabajo, dado que tampoco cualquier persona podía permitírselo. La proliferación de escuelas de negocios, universidades y centros a distancia, etc impulsó Posgrados y Másters para todos los bolsillos. Desde los más prestigiosos (caros) en IE, IESE o ESADE, hasta los low-cost.  La inflación de títulos acabó por erosionar el efecto de tener uno de estos títulos. Posteriormente pasó con los idiomas. Los títulos de centros de lenguas y escuelas oficiales de idiomas acabaron también por erosionar estas diferenciaciones entre aspirantes. 

Entonces, ¿qué viene después? Cuando la fuga al extranjero se está convirtiendo en opción forzosa para una buena parte de la población el resto se plantea cómo podrá sobrevivir en un mercado donde los curriculums están saturados de estudios, cursos, Másters, idiomas, etc Ya hace tiempo muchos expertos en recursos humanos están abogando por las aptitudes y habilidades sociales que no se aprenden en los libros...

Equipo de redacción dE

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1 comentario:

  1. Mientras no se incentive el desarrollo profesional a través de la formación profesional, generaciones enteras seguirán equivocándose y pensando que la universidad es social y laboralmente superior.

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