El principal objetivo del Estado como organización y centralizador de la actividad económica es el marcaje de los derroteros por los que ha de discurrir la senda económica de las empresas, los profesionales y en definitiva, las decisiones de inversión-financiación y provisión-consumo del conjunto de bienes y servicios que conforman el mercado interior.
Para ello es fundamental el papel que juega la denominada 'inversión productiva', es decir, aquélla que sirve como instrumento para el desarrollo económico del país como la educación, la red de infraestructuras (trenes, aeropuertos y carreteras), la I+D+i (Inversión, Desarrollo e innovación), redes de telecomunicaciones, y equipamientos industriales. Un conjunto de bienes que se necesariamente se están 'descuidando', ante la necesidad inexorable de cumplir con los compromisos en pro de la reducción del déficit público.
Con esta situación tan particular sobre la mesa, con unos recortes presupuestarios medios de casi el 17%, muchos son los que se han apresurado a tacharlos de que impedirán el crecimiento económico, pero, ¿están fundadas este tipo de afirmaciones? Pues bien, pasemos a analizar algunas de las causas justificativas de este por qué.
- Un desequilibrio presupuestario, en este caso un saldo negativo, necesita ser financiado, por lo que para su 'dilución' hará falta pagar el nominal de la financiación comprometida adicionada con el pago de los intereses correspondientes. Actualmente, este pago asciende a la friolera de alrededor de 25.000 millones de euros por año, tal y como se especifica en el libro amarillo de los presupuestos
- Eliminación de los gastos superfluos: aunque aún queda mucho margen y permanecen muchos 'sin sentidos' como por ejemplo la financiación a partidos políticos o a las organizaciones sindicales
- Introducción de principio de economía en los gastos públicos, realizando esfuerzos en la protección de la inversión que contribuya en mayor medida a la generación de riqueza, minorando los recursos disponibles para la que no lo haga
Como pueden comprobar, para poder utilizar la política fiscal como una herramienta 'real' para el control de las finanzas públicas y por extensión del motor económico de país, es necesario retornar al equilibrio presupuestario, porque solo de este modo podremos ser autónomos sin la necesidad de depender de las imperiosas directrices que se marcan desde el eje franco-alemán.
Equipo de redacción dE
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