Tras hacer público el déficit fiscal de las Comunidades Autónomas del Estado español, un déficit que se ha situado aproximadamente en el 8,5% del PIB, lo que se traduce en que las administraciones regionales gastaron en el pasado ejercicio de 2011 85.000 millones de euros más de los que ingresaron.
Esta situación, ha llegado como un nuevo jarro de agua fría que complica aún más si cabe la consecución del objetivo de déficit que ha impuesto la Eurozona a España, que se limita al 4,4% del PIB al término del presente ejercicio de 2012. Y reavivado el debate sobre si es conveniente o no que el ejecutivo de Mariano Rajoy realice una petición formal para la 'relajación' de este objetivo.
A pesar de que la situación apunta a que sí debe hacerlo, están dejando que la propia Unión Europea mueva ficha al respecto, pero, ¿por qué se esta evitando el solicitar ayuda a Europa? Las razones fundamentales son dos: el retraso de la salida de la crisis y la interpretación negativa por parte de los mercados, veamos cada una de ellas escuetamente:
- Retraso de la salida de la crisis: cuanto más tardemos en solucionar el problema del elevado défict, más tiempo tendremos que detraer recurosos públicos para pagar los intereses en lugar de financiar las acciones y políticas encaminadas a financiar el crecimiento económico
- Interpretación negativa por parte de los mercados: si el gobierno de España levanta la mano para solicitar una relajación del objetivo, los mercados lo interpretarán como que la economía del país ibérico no tiene el suficiente músculo para afrontar la grave situación fiscal que padece
En consecuencia, el Ministro de Economía y Competitividad, Luis de Guindos, y el de Hacienda, Cristóbal Montoro, han de tener sumo cuidado en la gestión de este problema. Analizando convenientemente si es posible alcanzar el compromiso asumido con Europa por el anterior gobierno, una petición que ha de realizarse con mucho tacto, y sobre la que es preferible pedir ayuda que no cumplir los compromisos sobre los que insisten en cumplir. Al tiempo que configurar un cuadro macroeconómico fehaciente que sirva como un disruptivo punto de arranque para la elaboración de unos presupuestos adecuados y ajustados a la realidad.
Equipo de redacción dE
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