viernes, 17 de febrero de 2012

¿Cuanto dinero mueve el sexo en una economía desarrollada?


Si hace unos días les escribíamos acerca del negocio de la belleza y la salud, hoy queremos exponerles un interesante artículo acerca del peso que puede tener el sexo en el Producto Interior Bruto (PIB) de un país. Como se pueden imaginar, la cantidad de dinero que directa e indirectamente moviliza el sexo y su psicología en un país es realmente importante. En este artículo vamos a tratar de desgranar los sectores económicos que se ven favorecidos directa o indirectamente por lo que podríamos llamar La Industria del Sexo.

La propensión genética a la procreación y la libido, suponen impulsos y manifiestaciones de la actividad psíquica que conducen a muchas personas a ejecutar determinadas actuaciones motivadas por el deseo sexual. Entre dichas actuaciones podríamos diferenciar a grandes rasgos entre las que promueven directamente la práctica del sexo, de aquellas prácticas que indirectamente están orientadas al mismo fin.

Directamente, el dinero que moviliza el sexo se traduce en actividades económicas, algunas sumergidas en algunos países como en prostíbulos, burdeles, prostitución en la calle, etc. y otras legales como por ejemplo los sex shops o la fabricación de anticonceptivos. En principio, esta vertiente sería la más fácilmente observable y, aunque tendría un peso muy elevado en la economía de suponerse legalizada la prostitución generalizada, no sería más importante que la cantidad de dinero que de forma indirecta se moviliza en las economías desarrolladas.

Indirectamente, podemos destacar una gran cantidad de industrias y mercados que se sienten fuertemente beneficiados por el impacto del sexo en el consumo de sus productos y servicios. A saber:

No queremos decir que estos mercados no sobrevivirían si no existiera el sexo. Nada más lejos de la realidad. Existen otros muchos componentes en su consumo como la salud y el bienestar, el ocio y el entretenimiento, el autoestima, la compañía y las relaciones personales, otros componentes psicológicos, etc. Pero lo que es indudable es que el sexo genera indirectamente en ellos un valor añadido que no pueden negar. 
Lo difícil es cuantificar el peso que tiene el sexo frente a otras motivaciones como las relacionadas anteriormente en la generación de riqueza de estas actividades. Por ejemplo:
- ¿Cuántas de las copas que se consumen son por ocio y cuántas buscando indirectamente sexo?
- ¿Cuántos de los servicios cobrados por empresas de citas y búsqueda de pareja, son contratados buscando sexo?
- ¿Qué porcentaje en el gasto en gimnasios o cosméticos se atribuye a salud, bienestar y belleza y qué porcentaje a conseguir ligar y buscar sexo?

Calcular en términos de porcentaje sobre el PIB sin mucho margen de error sería prácticamente imposible, teniendo en cuenta, por una parte, la enorme cantidad de dinero que se mueve directamente en esta industria bajo la economía sumergida y por otra parte la dificultad en la cuantificación de su peso en las actividades indirectas. Lo que sí está claro es que tal y como nos enseñan los publicistas, el sexo vende y mueve dinero. Mucho dinero.

Equipo de redacción dE

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